Teoría de señales: ¿Cómo la biología puede evitar que te estafen?

En los últimos tiempos, en sociología y economía se ha incorporado toda una teoría que, hasta ahora, sólo era habitual en biología. Se trata de la teoría de señales, y, aunque te parezca mentira, esta teoría puede ayudarte a evitar que te estafen. ¡Vamos a verlo!

¿Qué dice la teoría de la señalización?

Para empezar, definamos un poco esto de la teoría de la señalización. ¿De qué hablamos cuando hablamos de teoría de señales?

Pues con teoría de señales nos referimos a un conjunto de campos de estudios de la biología evolutiva cuya hipótesis es que existen patrones evolutivos que derivan de las señales que utilizan los individuos de las distintas especies para comunicarse entre sí.

Es decir, que hay ciertas señales que son útiles para la supervivencia de ciertos individuos de ciertas especies cuando las usan (ya sea que las usen con otras especies o con la propia).

Por ejemplo, es clásico el ejemplo de la gacela saltarina. Esta gacela, cuando hay guepardos cerca, se pone a saltar. Lo cual es raro, porque está quemando energía, la cual debería guardar para cuando tenga que salir corriendo, ¿no?

Lo que hace la gacela es saltar para indicar al guepardo que ella es una gacela muy ágil y rápida, y que le sobra tanta energía que puede permitirse el lujo de desperdiciarla. Lo que está diciendo la gacela con sus saltos es “es mejor que vayas a por alguna de mis compañeras, no a por mí”.

Esta sería una señal honesta, aunque de los tipos de señales hablamos más adelante con mayor profundidad.

Contextos en los que se dan las señales

Las señales se dan en diferentes contextos y, de hecho, muy probablemente, todos los contextos inter e intraespecie estén plagados de pequeñas señales que, simplemente, tenemos asumidas y no detectamos.

No obstante, señalemos las más básicas y conocidas:

  1. Selección de pareja
  2. Evitar ataques de depredadores
  3. Establecimiento de jerarquías dentro de grupos

Como digo, habría muchas otras situaciones en las que se utiliza el sistema de señales, pero estas son las más destacadas.

Presiones evolutivas

Estas señales no se dan en el vacío. Se dan en el contexto de una frenética y salvaje lucha por la supervivencia. Esto es, por perpetuar tus genes.

Por ejemplo, las presiones que sufren los individuos para encontrar pareja pasan de generación en generación, porque aquellos individuos que mejor emplean esas señales son los que más se aparean, y su descendencia también empleará mejor esas señales.

Asimismo, las gacelas que señalamos antes también pasarán a su descendencia ese “saber” de que deben saltar para evitar que el guepardo decida ir a por ellas, puesto que el riesgo de ser cazada disminuye y, por tanto, aumenta la probabilidad de obtener descendencia.

De este modo, las señales se van fortaleciendo con el paso de las generaciones.

Pero se da algo interesante: No sólo los emisores de las señales ven afectado su proceso evolutivo. También sucede en el caso de los receptores.

Siguiendo con el ejemplo de las gacelas y los guepardos, aquellos guepardos que mejor comprendan la señal de las gacelas saltarinas y que decidan atacar a las que no están saltando, tendrán mayor probabilidad de alimentarse y estar sanos.

Así, transferirán a su descendencia esa capacidad de comprender las señales y, de nuevo, se reforzará el sistema.

La contraparte: Las pistas

No me voy a detener mucho en este punto: Al igual que hay “señales”, también hay “pistas”. Las pistas son información que emite un individuo y que ayuda al receptor en vez de a sí mismo.

Por ejemplo, un pajarillo que pise unas hojas y las haga crujir y por ello atraiga la atención de un zorro es un pajarillo que está dando una pista al zorro.

Como puedes imaginar, la cantidad de pistas que se dan tiende a reducirse evolutivamente (al contrario de lo que sucedía con las señales), porque lo más torpes (los que más pistas dan) son devorados y no tienen descendencia.

Los tipos de señales

Ahora que tenemos claro qué son las señales, en qué contextos se dan y qué efectos tienen en la evolución, vamos a ver los dos grandes tipos de señales que existen. Las señales honestas y las señales deshonestas:

Señales honestas

Entendemos por señales honestas aquellas que dan información útil y veraz al receptor, causando en él un beneficio en lo que a información se refiere.

¡Cuidado!

Un beneficio informativo, no en cualquier otro sentido.

Por ejemplo, la gacela saltarina emite una señal honesta porque da información útil, veraz y que beneficia al depredador (“si me persigues a mí, te vas a cansar en vano”).

Obviamente, eso no beneficia en todos los sentidos al guepardo, que preferiría poder comérsela. Pero sí le beneficia en ese sentido informativo, porque le permite no perder el tiempo.

No es necesario que la señal reduzca la incertidumbre a cero (el guepardo podría decidirse ir a por la gacela que salta y terminar cazándola). Es suficiente para que, estadísticamente, sí suponga una mejora en la probabilidad de acierto del receptor (el guepardo).

Las señales honestas son evolutivamente estables y tienden a perpetuarse y fortalecerse. Aunque, en algunos casos, a la larga, aparecen usos deshonestos de estas señales que pueden hacer que todo el sistema se derrumbe.

Señales deshonestas

Por otro lado, tenemos las señales deshonestas.

Una señal deshonesta es la que se da, por ejemplo, entre los cangrejos violinistas. Estos cangrejos, cuando pierden una tenaza, regeneran una más grande, pero que es más débil a la hora de atenazar.

El caso es que los demás cangrejos, al verla, se asustan y creen que el otro es más fuerte. Por tanto, el cangrejo con la pinza grande está emitiendo una señal deshonesta (y es deshonesta porque no es útil ni beneficia al receptor).

Vamos a poner otro ejemplo, esta vez a partir de una señal honesta: Hay ciertos pájaros que avisan cuando viene un depredador emitiendo una señal ruidosa. Esta es una señal honesta. Sin embargo, algunos miembros de ese grupo de pájaros pueden utilizar esa señal (originalmente honesta) en otros contextos.

Por ejemplo, podrían emitir la señal cuando están compitiendo con otros miembros del grupo por comida, haciendo que todos salgan volando y quedándose él a comer. Esto también sería una señal deshonesta (y, esta vez, pondría en peligro todo el sistema de señales honestas de avisos frente a depredadores).

En algunos casos, si la proporción de señales deshonestas es muy alta, valdrá la pena poner a prueba la señal y, entonces, se detectará que era deshonesta, y todo ese sistema de señales correrá el riesgo de venirse abajo.

Si la proporción de señales deshonestas es baja, no compensará asumir ese riesgo y la señal seguirá reproduciéndose.

No obstante, a largo plazo, la tendencia será a poner a prueba la señal, y el sistema se derrumbará.

Es por ello que se habla de que las señales deshonestas son evolutivamente inestables y tienden a extinguirse.

El coste de las señales

Algo que conviene señalar es que la emisión de cualquier señal tiene un coste y que, cuanto mayor sea el coste, más honesta tenderá a ser la señal.

Por ejemplo, la gacela que salta tiene un coste energético muy claro. El pavo real que luce una cola espectacular también tiene un coste en términos de supervivencia frente a depredadores.

Se tiende a asumir que el coste de las señales correlaciona con la honestidad de las mismas.

Esto será particularmente importante cuando hablemos de las señales en el contexto humano.

El principio del hándicap

El hándicap es un método de equilibrar competiciones. Se usa, por ejemplo, en las carreras de caballos, donde al caballo más rápido se le pone peso bajo la silla para que los caballos más lentos puedan competir con él.

Pues bien, debido a esto, si, ante un grupo de caballos, yo te doy únicamente los datos sobre los hándicaps medios que les han puesto en las últimas carreras, tú serías capaz de decirme cuál es el caballo más rápido, ¿verdad?

A mayor hándicap, mejor caballo.

Fácil.

Pues con las señales sucede algo parecido.

De que las señales tengan un coste se sigue que aquellos individuos que asumen un mayor coste para emitir su señal tienen un mayor valor intrínseco.

Del mismo modo que tú podrías decirme qué caballo es más rápido únicamente con el peso de su hándicap, una pava real podría saber qué pavo real es mejor sólo por el tamaño de su cola (porque el coste que es capaz de asumir es mayor).

Es decir, el pavo está dispuesto a (y es capaz de) sacrificar recursos y posibilidades a cambio de tener una cola más grande con la que competir frente a otros machos para reproducirse.

Probablemente, a estas alturas, ya estarás viendo alguna relación con los humanos, ¿verdad?

El caso es que los individuos más capaces (con más recursos) pueden permitirse el lujo de emitir señales más fuertes, mientras que los menos capaces (con menos recursos) no pueden permitírselo.

Esto implica, también, que el uso de señales deshonestas entre individuos menos capaces para tener ventaja en la competición de hembras (por ejemplo) también está limitada, porque, precisamente por ser menos capaces, no pueden permitirse tanto emitir las señales.

Eso sí, cabe decir que, a pesar de ello, puesto que los más capaces cada vez sacrifican más por señalizar más, el riesgo de ser cazados o sufrir percances aumenta, lo que acaba estabilizando el grupo y su reproducibilidad.

Esto, por supuesto, afecta, especialmente, a las señales relacionadas con la reproducción.

Teoría de señales en humanos

Si has estado leyendo todo lo anterior, ya habrás visto que mucho de lo comentado es aplicable a los seres humanos. Con un añadido: Como los seres humanos somos seres autoconscientes, tenemos una mayor facilidad para el uso de las señales deshonestas.

Por ejemplo, cuando los hombres iban a cazar grandes presas, era una forma de señalizar la capacidad de afrontar riesgos físicos y de organizarse y coordinarse, lo que emitiría señales frente a otros grupos humanos para evitar el conflicto.

Pero no hace falta irse tan lejos: También se puede ver claramente en una discoteca. Cuando alguien busca pelea, lo único que está haciendo es señalizar su hombría ante las hembras y otros machos, a expensas de que le partan la cara (o sea, asumiendo un coste).

Si a estas alturas no ves la relación con la cola del pavo real, yo ya no sé.

Se han hecho múltiples estudios a este respecto: Las mujeres prefieren el sacrificio heroico en hombres, pero no en mujeres porque supone la posibilidad de emparejarse; los hombres prefieren lo mismo porque permite garantizar la descendencia al tiempo que se pueden obtener buenos aliados, etc.

La psicología evolutiva en relación al hombre está plagada de ejemplos de señales honestas costosas.

La religión y las señales honestas costosas

La religión es uno de los ámbitos en los que más trabajo tiene la teoría de señales.

No nos vamos a detener mucho, pero vamos a explicarlo:

Las religiones han sido, históricamente, formas muy eficaces de potenciar la colaboración dentro del grupo. Pero, como esto tiene beneficios, existe riesgo de que se añadan polizones que pretendan obtener los beneficios sin sacrificarse lo más mínimo.

Se necesita una forma de evitar esto, y la forma es con señales que supongan un coste.

Una señal que supone un coste puede ser una creencia aparentemente ridícula (que la Virgen permaneció virgen tras el parto, por ejemplo) o una práctica que suponga un coste (ir cada domingo a misa, donar o, directamente, cortarte el prepucio).

Todo esto son costes que hacen que muestres tu interés en formar parte del grupo y, por tanto, seas merecedor de los beneficios que aporta.

¿Cómo puede ayudarme a evitar que me estafen?

Lo cierto es que esto de las estafas es un poco un chiste para que te interese leerte todo lo anterior, que te ayudará a relacionarte mejor con los demás.

Sin embargo, no por ello es falso: La teoría de señales puede ayudarte a evitar que te estafen.

Por ejemplo, si alguien intenta venderte un producto financiero (un plan de pensiones), podrías exigirle que te enseñe algo que demuestre que él está invirtiendo en dicho producto.

De esta forma, estaría señalizando de forma costosa y es muy probable que su señal sea honesta, es decir, es muy probable que no esté intentando venderte una mierda sólo porque, por ejemplo, le pagan una buena comisión.

Del mismo modo, si tu novia está dispuesta a dejarte ver su teléfono móvil, está emitiendo una señal honesta costosa, por lo que ni siquiera sería necesario revisarle el teléfono móvil para saber si te engaña. Sólo con la señal ya sabes que no es así.

Y, así, con mil cosas.

Como puedes ver, la teoría de señalización tiene una muy buena lógica evolutiva y, a buen seguro, has podido ver cosas parecidas en tu día a día a lo largo de tu vida, ¿verdad? Es una teoría y un modelo mental que conviene tener siempre presente.

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